Lamento que hayas vivido la dictadura militar o tengas la desgracia de haberte criado en el seno de una familia que transfirió sus miedos.
Toda forma de represión hace estragos en la psiquis una persona. Pero no habrá mayor impacto que la herida que sangre en una sociedad entera.
No espero que mis palabras te convenzan sino que puedas recordar a la persona que fuiste cuando eras libre. No nos criamos bajo una dictadura militar y tenemos fuerza en nuestras ideas. No sufrimos el pánico de desaparecer si hablábamos. Tenemos la libertad de luchar por lo que creemos y gozamos de nuestro derecho con plenitud, ejerciendo el pensamiento propio e informándonos. Proponemos alternativas que solucionen los problemas de raíz para mayor integración y progreso, creemos que las cosas son posibles.
¿Cuándo fue la última vez que soñaste? ¿Cuánto de vos existe en la oposición a las libertades sociales? ¿No tenías metas antes de que te prohibieran pensar en mejorar las cosas? ¿Desde cuando te refugiás como un egoísta que vela por su supervivencia, aterrado? ¿Nunca te conmoviste? ¿Nunca amaste inconodicionalmente a alguien por su sola calidad humana?
Porque cuando escucho tu pensamiento tengo la certeza de que te lavaron el cerebro, tenés pánico a decir algo distinto que los demás, tenés miedo de informarte y reflexionar para ignorar lo que pensás realmente. Pareciera que estás automatizado repitiendo al dictador que está adentro tuyo y no te deja encontrarte en paz.-
Tenés miedo de conocerte porque la represión caló tan hondo que escindió lo que sos como persona. No te interesa a quién apaleen o repriman mientras estés cubierto y sobrevivas, porque en su momento tuviste que estar a favor de tus represores para no desaparecer como quienes lucharon por sus ideales. Tuviste que oponerte a la libertad. Tuviste que negar tus valores. Tuviste que acatar la hegemonía para hacer propio un pensamiento que te amenazaba. Sembraste en tu interior el rechazo que nos tenés porque te sentiste seguro recién cuando aceptabas a nuestros enemigos, mostrando lealtad ciega y sumisión ante los crímenes, aprendiendo a silenciar para seguir respirando.
Repetís la historia, ahora, cuando apoyás a un criminal y avalás con tu ignorancia voluntaria la violencia y represión hacia los más débiles, omitiendo los crímenes, sumergiéndote en tu propia mentira. Tenés que saber que el trauma te condicionó al egoísmo.
¿Cómo podrías haber apoyado al enemigo, mientras tus conocidos desaparecían, si no fuera por la negación? Pero la negación es pura culpa. Escapar a tu responsabilidad y seguir el modelo de represión para afirmar positivamente tu complicidad en los crímenes, además de absurdo, alimenta el círculo vicioso sin quitar lo sucedido. No juzgo cuando lo hiciste para sobrevivir pero sí critico que hayas permitido que te consumiera hasta ganarte. Es triste que la dictadura militar finalizara hace 28 años pero seas la viva voz de tus represores, perpetuando la violencia.
La culpa se enfrenta cuando tenés el valor de conocerte. Pensá por vos mismo. Tomá decisiones no en base a tu cobardía egoísta sino para progresar desde la hermandad. Todos somos humanos. Todos nos vemos afectados por las mismas causas, consecuencias y deseos. Los errores de los que fuiste cómplice e ideas que apoyaste pueden redimirse con solo proponértelo.
Nosotros no nacimos durante la dictadura militar y podemos asegurarte que es posible luchar por los ideales. Hemos visto muchos sueños cumplidos y seguiremos viéndolos porque tenemos la posibilidad de alzar la vos y confiar en un futuro donde las cosas pueden ser distintas, empezando por un ahora que nos abre las puertas a un nuevo concepto en materia de justicia social.
Nosotros no introyectamos la represión.-
Podés dejar de ahogar tus sueños, despegá del cascarón superficial porque descubrirte a vos mismo es la experiencia más hermosa que te dará esta vida que, hace muchos años, te hicieron creer que no tenías. Podés aprender a amarte y amarás a cada humano, porque en sus ojos reflejarás lo que valés. Podrás mirar al otro cuando no te avergüence su mirada sobre tu historia. Podés perdonarte y dejarás de hostigarte en los demás.-
Esa vida que reprimís en el miedo de tu mente, costó 30.000 existencias.
Horar la vida es honrar la vida de todos. Los derechos humanos son universales.
Integrate, también tenés humanidad: encontrala.-
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