United Arab Emirates
"Life and death, energy and peace. If I stop today it was still worth it. Even the terrible mistakes that I made and would have unmade if I could. The pains that have burned me and scarred my soul, it was worth it, for having been allowed to walk where I've walked, which was to hell on earth, heaven on earth, back again, into, under, far in between, through it, in it, and above." - Gia Carangi

16.4.12

Palabras de una adoptante hacia quiénes abandonan

Todo adoptante se pregunta cuál es la historia de su familia.


En mi caso, tengo cuatro tesoros que me han elegido en distintos momentos y lugares. Dos de ellas nacieron en la calle, Luna fue felizmente acogida, cuando tenía dos meses, por rescatistas independientes y esperó dos años para formar parte de nuestro hogar; Sahara estaba a punto de fallecer por desnutrición -cachorra y aterrada- hasta que pude rescatarla. Bowie llevaba un tiempo perdido, como todo macho sin castrar habrá escapado en busca de una hembra y nunca supo regresar a su amorosa familia aunque por su personalidad devota, entregada y bondadosa supongo que lo habrán buscado sin éxito.

La cuarta integrante de la familia es el bálsamo más grande que tiene mi alma. No sé quién fue el ángel que la puso en mi camino pero si existe un motivo para creer en el destino es ella, Lulú.


Había decidido adoptar a mi primera gata pero soñaba con encontrar la correcta, saberlo en el momento exacto en el cual tuviera su rostro frente a mis ojos. Luego de pasar varias semanas buscando, encontré el aviso y supe que tenía que ir a verla. No podía quitar su imagen de mi mente. Llamé a Norma, quién estaba a cargo de su difusión, para solicitar conocerla.

Pocos días después fui a la Sociedad Protectora de Animales Sarmiento con la expectativa de que ella me eligiera. Tenía cierto miedo de que la adopción no se diera por lo cual, cautelosamente, miré a los más de 30 gatos rescatados que ofrecían en adopción. Luego, entramos en una habitación dónde los gatos que llevaban más tiempo esperando (castrados, vacunados y desparasitados) transitaban libremente. Estáticos en sus lugares, apenas si levantaban la vista para reparar en quién les escribe.


Pero no estaba Lula...


Pocos minutos después de que la rescatista la llamara, escucho el maullido más melódico y hermoso del mundo. Lula vino corriendo a toda velocidad desde el patio, mirándome a los ojos, saltó hacia una mesa y frotó su frente contra la mía. Dejó que la abrace como si toda nuestra vida hubiéramos esperado ese momento y cuando la solté, frotó mis piernas confirmando que sería parte de mi familia, existencia y corazón.


La llevé a mi casa al otro día.-


Norma me contó que la abandonaron embarazada en la puerta de la Protectora de Animales Sarmiento, adentro de una caja. Pasó un embarazo duro, mezcla del estrés del parto con la super población de gatos y abandono, pero lo más crudo fue su año y medio sin hogar. Dicen -aunque no tengo manera de probarlo- que me estaba esperando, puesto que intentaron adoptarla varias veces y nunca se adaptó, pero lo nuestro fue amor a primera vista.


He pensado tantas veces cuál habrá sido su historia...


Del resto de mi familia puedo intuir varias hipótesis. Pero ella es un misterio.


Sé que no nació en la calle, pues su actitud es delicada, despierta, inteligente y entregada. Sé que las cajas de cartón y migas de pan le despiertan reminicencias del pasado. Sé, sobre cualquier otro factor, que alguien -sea quién sea- cuando la abandonó le dio una oportunidad.


No le guardo rencor a esa o esas personas sino todo lo contrario.


No sé si la habrán cuidado en algún comercio y cuando quedó embarazada no pudieron hacerse cargo. No sé si la adoptó una familia que luego se vio sobrepasada por la preñez. No sé si habrá pertenecido a alguien que por carencia o ignorancia encontrara imposible sustentar un parto.


Lo importante es, paradójicamente, que no importa: agradezco en el alma a quién le diera la oportunidad de tener un futuro.


Para ser honesta, cuando una es rescatista atestigüar el abandono es fuerte. Pero no puedo dejar de lado la certeza de que, quién sea que la tuviera cuando cachorra, pensó que alguien la amaría tanto como la amo, que tendría un hogar y familia tan maravillosa como la tiene.


Podrían haberla tirado en un parque, dejarla en medio de la calle, inclusive lanzarla en la basura y condenarla al peor de los finales. Desde lo más profundo de mi corazón, agradezco que no sea el caso pues tampoco me condenaron a mi.-

La persona que se tomó el trabajo de buscar una Sociedad Protectora, dejarla en la puerta salvaguardada por una caja y saber que su historia seguiría... iluminó mi vida con un tesoro tan valioso que si pudiera le agradecería por abandonarla sin negligirla.


Me encantaría poder expresarle la fuerza que el amor que le tengo a Lulú provee sobre mi empleo, mantención del hogar y ganas de mejorar cada día más.-


Para todos aquellos que cuando no pueden hacerse cargo de su familia deciden "tirarla" quiero pedirles que no nos quiten a nosotros la posibilidad de ser adoptados por un ser que nos hará sonreír dándonos una razón para que cada recuerdo y esfuerzo valga la pena.


Gracias a quiénes, antes de menospreciar una vida que vale igual que todas, toman el trabajo de conseguir un adoptante, abandonan pero en una proteccionista o permiten que alguien se haga cargo de buscar una familia.

Porque muchas personas no podríamos ni siquiera esbozar nuestra vida sin el amor de aquellos seres de quiénes otros prescinden.


Lo que a uno le sobra, para otro es el cielo entero.


No lo olviden.-


(Te amo, Lulú)

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